lunes, 22 de marzo de 2010

Walkin'

Entonces, llego al fin.. me echo y me relajo.

Un poco de jazz como para amenizar las manos,

El flujo de la sangre, respiración, ritmo cardiaco.

Las ideas comienzan a surgir de manera suave, no atropelladas.

Ha llegado el momento, no más traffic jam, poco a poco, suavemente.

Manos a la obra says my virtuous partner (in crime? Better in Justice!).

Y tomo su propuesta, comienzo. I shall go Walkin’.

La vida Se mueve, y si muestras algo de interés, maybe some bit of poise, eres dirigido a lugares nuevos.

La vida Te mueve.

Sé que comienzo una nueva etapa cuando me doy cuenta de que lo que escucho (música {1}) en mi actuar cotidiano, cambia de tonos.

Sí que me veo expuesto a una nueva etapa, qué emocionante. No es tan frecuente, repito, qué emocionante!

He tenido la grandiosa fortuna de percibir estímulos externos muy positivos, la influencia de importantes personajes, y aquí estoy, reciclando una faceta que pensaba extinta.

Entonces, gran lector, si acaso te interesan las maquinaciones internas de este locutor (a veces claras, a veces revueltas, a veces románticas otras veces excéntricas).. bienvenido, siga adelante, tome asiento.

¿Dónde estamos? … ah sí.. sí..

Y de repente POP!... ¡“Poptimista”!.. mi primera idea extraída de un gran destello sobrecargado: .. Poptimista, algo como escuchar a Lady Gaga mientras navegas en un “Optimist” de manera Optimista. Estimado lector, espero no ahuyentarte, no todavía… paciencia.

Lady Gaga, hoy en día el New York/ Paris/ London/ Tokio de los artistas; acapara toda la atención, un artista muy atractivo, algo que no se ha visto en mucho tiempo. Da igual si no te gusta su música, si te parece nefasta/ horrible/ {llena los espacios de manera interactiva si quieres}; te interesa saber de ella, the “IT” thing nowadays I guess. Pues eso es POP, y aquí se plantea el asunto de presentar escritos que sean atractivos, aquello que sea de interés, irresistible ante los ojos del joven con pasión por “la mar”.

*Entiéndase la mar como el flujo infinito del pensamiento, corrientes, calma, marea, precipitación, plácida…. La mar, el perfecto gráfico metafórico del pensamiento.

Ya que estamos, …ahora el “Optimist”, pequeño velero unipersonal para una interesante navegación en solitario, destinado primordialmente a niños y temprano-adolescentes. Supongo que ya puedes presagiar a dónde voy…

{Esto de las comparaciones y metáforas me gusta mucho}.

La pequeña embarcación nos representa. El casco (el barco, la bañera); impulsado por una vela con una estructura funcional (Mástil, Botavara y Pico); dirigido con el timón y la escota, auxiliado por la orza.

Casco: La base, el YO terrenal; con flotadores para que el barco no se hunda.. nuestro instinto de supervivencia.

Vela: Nuestra mente, nuestra conciencia, nuestra guía (la estructura de “palos”).

El motor de combustible natural adherido a la embarcación.

Impulsada por el viento, las pasiones. Ello atado con cabos (matafiones), la coherencia.

Escota, timón y orza: Nuestra razón, la prudencia. El timón, dirige al casco. La escota, dirige a la vela (tirar del cabo o aflojarlo para mover la botavara; ¿quieres aprovechar el viento/combustible/impulso?).

Luego la orza, herramienta auxiliar de fidelidad entre tu dirección y la corriente del mar.

Finalmente, destinada para niños y temprano-adolescentes. Nuestro YO puro y no pervertido/influenciado/manipulado/dirigido por el mundo y el entorno. Nuestra idea pura, propia, autóctona, virgen. {Apreciarán la diferencia entre las barras y las comas}.

Bueno, tenemos nuestra nave, algo de Pop atractivo, creo que ya se entiende la idea.

Optimismo.- “Doctrina filosófica que atribuye al universo la mayor perfección posible”. (RAE)

Entonces no esperar un optimismo en cuanto a colores rosados y pasteles y felicidad absoluta; lo hermoso y perfecto de estar vivo es experimentar la diversidad de emociones, y eso incluye tristeza, frustración y desesperación (prepararse para el futuro ;) que suelen ser temas tratados). Asumiendo que toda la clientela es humana, presumo que hay quines también disfrutan de leer acerca de un interior en conflicto, seguramente compartirían mucho del tema.

No me malinterpretes, que tampoco será el holocausto; se procurará exponer todo tipo de escritos destinados a compartir positivamente ideas, informaciones, emociones y demás; óptimas para lo que se cree ser beneficioso para las personas {si acaso se nos puede atribuir tal autoridad, disculpad la osadía}.

Con esto, pongo punto final a lo que es mi apreciación perfectamente subjetiva del término “Poptimista” y aquello como introducción a éste espacio de “mar” a tu disposición.

Bienvenido/a.

1. {no relacionar directamente con el Jazz, esto ha sido un evento poco acostumbrado}

may i feel said he

may i feel said he
(i'll squeal said she
just once said he)
it's fun said she


(may i touch said he
how much said she
a lot said he)
why not said she


(let's go said he
not too far said she
what's too far said he
where you are said she)


may i stay said he
(which way said she
like this said he
if you kiss said she


may i move said he
is it love said she)
if you're willing said he
(but you're killing said she


but it's life said he
but your wife said she
now said he)
ow said she


(tiptop said he
don't stop said she
oh no said he)
go slow said she


(cccome?said he
ummm said she)
you're divine!said he
(you are Mine said she)


-- e. e. cummings

domingo, 21 de marzo de 2010

Filosofía de la Anticipación (II)

Así, el tiempo, cuyas notas esenciales son la inexorabilidad y la irreversibilidad, juega un papel clave en este ámbito. Cierto es que el tiempo pasa igual, ya se aburra o entretenga uno -- pero es que la vida no es una cuestión de mero divertimiento, sino que para su óptimo aprovechamiento hemos de emplear el factor tiempo del modo posible. Y esto se logra haciendo, sin esperar de brazos cruzados a que pase algo, sino al contrario; logrando nosotros que ese 'algo' efectivamente acontezca, independientemente de lo que sea. Se trata en último termino de actuar y de anticipar nuestras actuaciones; no podemos dejar que el tiempo actúe por nosotros, supliendo nuestra pasividad. Lo debido es anticipar lo próximo que haremos mientras simultáneamente hacemos algo inmediatamente precedente. Uno no puede estar parado -- el futuro es hoy, no mañana.

La filosofía de la anticipación considera al individuo ante todo como alguien que puede mejorar los factores de su entorno a su antojo. Eso sí, no se valoran las actuaciones meramente arbitrarias, sino sólo aquellas que traigan como consecuencia el bien. Anticipar en sí es bueno en la medida en que lo anticipado también lo sea; aun así, no debe considerarse un fin en sí mismo, dado que la anticipación sin su correspondiente realización posterior de nada sirve: es un sinsentido absoluto.

Por tanto, es fundamental disitinguir tres estadios: primero, el estadio quietista, esto es, aquél en el que en vez de anticipar se espera, reinando así tanto la incertidumbre (pues no se conoce lo que va a ocurrir, o lo que se espera que ocurra), y la inseguridad, dando lugar a una pésima inactividad, donde es el tiempo el que consume al individuo, y no a la inversa; en segundo lugar, el estadio anticipativo, en el que el individuo anticipa cosas que luego efecitvamente hace, aprovecha el tiempo al darse cuenta de las restricciones que frecuentemente le oprimen y emplea dichas adversidades para invertir los papeles y convertirse en dueño de sí mismo.

Por último, el estado trascendental, donde ya nada se anticipa -- porque no queda nada por hacer. En efecto, en la eternidad, presente sin futuro, todo está ya hecho. Obviamente, llegar a tal estado no está al alcance de todos, y muchos, en efecto, dudan de él; unos pueden aplicar la filosofía de la anticipación como pretensión para llegar al tercer estadio; y otros precisamente porque creen que tal estadio es inviable. Independientemente de la verdadera motivación del individuo, ambas causas quedan justificadas -- el tercer estadio, al fin y al cabo, no está en nuestras manos del todo, por mucho que nos pese.

Filosofía de la Anticipación (I)




"Such is the state of life, that none are happy but by the anticipation of change; the change itself is nothing; when we have made it, the next wish is to change again"

-- Samuel Johnson

Si la vida es un constante quehacer, siempre hemos de anticipar nuestro próximo 'hacer'. En cualquier momento uno aguarda al hacer que sigue al que se está haciendo en ese momento. Parece, por tanto, que disfrutamos más anticipando un momento que está por venir que el hacerlo mismo; esto es, dado que la satisfacción que nos produce el hacer algo pocas veces colma nuestras expectativas (e indudablemente nunca nos llena del todo), lo lógico, lo único que nos queda como alternativa compensable, es el estar constantemente anticipando ese 'algo' que haremos en un momento futuro -- ya sea dentro de una hora o pasada una semana.

Así, para estar en una fase de anticipación perpetua, a la espera de 'hacer algo', hemos de hacer necesariamente, es decir, llevar a cabo lo previsto, lo ya anticipado, de manera efectiva. De lo contrario, de nada sirve anticipar para luego no hacer; ahí es donde reside la verdadera decepción.

Digo 'anticipar' y no 'esperar' porque éste último término entraña un cierto pasivismo, como si el momento por llegar en realidad no dependiera de nosotros. Uno espera en la estación a que llegue el tren; no está en manos del que espera el que éste llegue o no. Lo único que quiere es que llegue sea como sea, pero poco puede hacer para realizar dicho prospecto. Por este motivo uno anticipa aquello que quiere hacer por su propia cuenta, esto es, se trata de que el individuo tome una posición activa. La filosofía de la anticipación, a fin de cuentas, supone un rechazo formal y sustantivo de toda suerte de quietismo; aquí el protagonista es el sujeto activo, aquél que toma decisiones y aguarda el llevarlas a cabo, para posteriormente tomar más decisiones, anticipar de nuevo, y así indefinidamente. Es una filosofía circular y monótona, como la vida misma, pero al fin y al cabo de eso se trata: 'practice makes perfect'.

De aquí se deduce la importancia de tener un horario; lo esencial es levantarse por la mañana y, nada más salido de la cama, saber lo que uno va a hacer a lo largo de ese día. Por ello el establecerse metas, por muy nimias o mundanas que puedan parecer, es lo mejor que puede hacer el hombre. A fin de cuentas, las ambiciones u objetivos a largo plazo, que a primera vista suelen parecer demasiado lejanas -- o ilusorias, incluso --, están compuestas de éstas pequeñas metas que uno se propone. Por tanto, la filosofía de la anticipación no propone el únicamente establecerse grandes objetivos, dado que en último termino están compuestos a partir del día a día continuo y constante. "The best thing about the future is that it comes one day at a time", dijo Abraham Lincoln. Se trata de vivir firmemente anclado en el presente con un pie en el futuro.